
Facturas falsas cuestan más que huachicol
El huachicol y facturas falsas son los dos problemas que más dañan al fisco en nuestro país.
Según estimaciones de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), del 2014 al día de hoy el valor de lo facturado con comprobantes fiscales falsos equivale a más de 2 billones de pesos, cantidad que representa el 6% del PIB; mientras que las pérdidas por el huachicol equivale a unos 60 mil millones de pesos.
Las autoridades fiscales han identificado a 10 mil empresas que forman parte del esquema de operaciones simuladas o doble facturación. De acuerdo con Alfonso Ramírez Cuéllar, actual presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en San Lázaro, este es un fenómeno que genera una “tragedia fiscal, porque se dejan de percibir 500 mil millones de pesos cada año”.
Mientras que el gobierno federal ya lanzó un ataque de frente al huachicol, aún queda mucho por hacer respecto a la evasión fiscal y al problema de las facturas apócrifas.
En días recientes, Margarita Ríos-Farjat, actual titular del Servicio de Administración tributaria (SAT), aceptó que es una “cuestión muy grande” que ha rebasado el ámbito de la recaudación pues se ha convertido en un tema que ya “no sólo es fiscal, sino social, político y económico” por lo que el órgano que preside lanzará una serie de acciones que lo combatan.
Estrategia contra la evasión fiscal
Las estrategias de combate a la evasión fiscal tienen el doble propósito de erradicar la práctica y de aumentar la recaudación. Las autoridades fiscales reconocen que, hasta el momento, no han logrado arrancar el problema de raíz.
Ríos-Farjat agregó que “facilitar la vida de los contribuyentes” es uno de los ejes de acción dentro del SAT. En otras palabras, continuar con la implementación de tecnologías que faciliten el pago de impuestos para que no sean un “dolor de cabeza” y más contribuyentes cumplan con sus obligaciones.
Junto a esto, la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) cuenta con las capacidades necesarias para “seguir el dinero” e identificar a las empresas fantasma que emiten facturas falsas.