Comida chatarra aporta 45% del IEPS
La comida chatarra aporta al IEPS más que ningún otro producto gravado con el impuesto. Es por ello que una propuesta del coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, podría lograr la prohibición de la publicidad de comida chatarra dirigida a menores. La iniciativa cambiaría los artículos 301 y 421 de la Ley General de Salud (LGS) y prohibiría la publicidad de este tipo en radio, televisión e internet.
El objetivo de la medida es combatir uno de los principales problemas de la Salud Pública en México, la obesidad, especialmente en menores de edad. Sin embargo, más allá de los beneficios que traería en cuestiones de salud, los productos chatarra gravados con el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aportan una importante cantidad a las arcas públicas.
En el último trimestre del año 2018, el IEPS gravado a cigarros, cervezas, refrescos, y comida chatarra ha generado 112 mil millones de pesos. Esto es 10% más que en el mismo periodo del 2017. De hecho, según datos de la Secretaría de Hacienda (SHCP), estos productos aportan el 45% del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), y 5% de todos los ingresos por impuestos.
Comida chatarra y el IEPS
En general, la comida chatarra están recaudando más que cualquier otro producto gravado con el IEPS. En cigarros, se trata de 31 mil millones de pesos, o 30% del IEPS. Por otro lado, la cerveza y los refrescos crecieron 1.6% respecto al año pasado y las bebidas alcohólicas que no son cerveza han crecido 2.8%.
Sin duda, el gran ganador es la comida chatarra. En los primeros nueve meses del 2018 generó casi 18 mil millones de pesos en impuestos. Esto significa un crecimiento de 23% respecto al año pasado. Según el Servicio de Administración Tributaria (SAT), lo que se incluye como comida chatarra son botanas, chocolates, cremas de cacahuate, dulces de leche, helados, flanes, pudines y productos hechos a base de cereal, por los cuales se paga un 8% de IEPS por 100 gramos o más.
Desde el 2014, el año en el que se puso el impuesto, la recaudación ha subido 34%. Así que, claramente, genera algo más que obesidad en los niños.
